Entrevista a Antonio Moneo

Fecha: 16-06-2016

Nombre: Antonio Moneo

Sector: Comercio

Antonio Moneo

Entrevista a Antonio Moneo, asociado senior en el área de conocimiento abierto del Banco Interamericano de Desarrollo.

¿Qué papel desempeña el Banco Interamericano de Desarrollo en el ecosistema de datos abiertos en Latinoamérica y el Caribe?

El Banco Interamericano de Desarrollo es un organismo multilateral que presta apoyo a los países para la financiación de grandes reformas de la administración e infraestructuras. A través de distintos departamentos, y especialmente a través de la División de Capacidad Institucional del Estado, el Banco ha acompañado a muchos países de la región de América Latina y el Caribe en el desarrollo de políticas de gobierno abierto, programas de formación para funcionarios públicos, infraestructuras tecnológicas para la publicación de datos abiertos y muchas actividades para generar compromisos internacionales y locales.

El BID siempre ha abierto espacios y canales para compartir su conocimiento con los países. En los últimos años ha incrementado notablemente el alcance de estos esfuerzos mediante la creación de una biblioteca digital con publicaciones técnicas, una red de blogs, el portal de datos abiertos “Números para el Desarrollo”, la oferta de cursos masivos abiertos en línea (IDBx), y una línea de trabajo para abrir el conocimiento en donde progresivamente se van incluyendo metodologías de innovación abierta que el Banco utiliza para articular ecosistemas abiertos. Además, próximamente pensamos seguir ampliando el número, calidad y tipo de productos de conocimiento abierto. Recomiendo estar al tanto para seguir las actualizaciones.

 

¿Cuáles son los objetivos principales de su blog “Abierto al público”? ¿Qué aporta  y cómo ayuda al sector y comunidad del conocimiento abierto?

El blog nació en 2014 como un espacio para aprender sobre la evolución del conocimiento abierto en América Latina y el Caribe, que ha sido pionera en distintos momentos y en distintos casos. Las políticas de gobierno abierto como en el caso de la ciudad de Buenos Aires, o el Gobierno de Chile, nos hicieron pensar en el potencial del conocimiento abierto para fomentar la innovación en el sector público.

Este enfoque nos ha llevado siempre a prestar atención a los efectos indirectos (spill over effects) de la apertura del conocimiento, que muchas veces pasan desapercibidos. Veíamos que la apertura de conocimiento ayuda a los gobiernos a ser más transparentes, pero sobre todo a establecer canales para mejorar el diseño de sus políticas públicas. De esta manera, cuando abrimos el conocimiento contribuimos al doble objetivo de hacer más transparente la administración y acelerar el desarrollo económico de la región.

Creo que la mayor aportación del blog ha sido servir como un repositorio de ejemplos reales, recomendaciones y metodologías sobre cómo el conocimiento abierto promueve el desarrollo de los países en América Latina y el Caribe. Nuestros artículos han permitido a muchas personas conocer ejemplos concretos que demuestran que abrir el conocimiento es verdaderamente útil. Hasta la fecha, hemos publicado más de 200 artículos, muchos de ellos de colaboradores externos, y tenemos una comunidad de suscriptores de 16.000 personas. Recibimos una media de treinta mil visitas al mes de todos los países del mundo. Llevamos casi un millón de visitas en total.

“La apertura de conocimiento ayuda a los gobiernos a ser más transparentes, pero sobre todo a establecer canales para mejorar el diseño de sus políticas públicas.”

 

Es miembro del Open Data Charter ¿qué papel considera que juega la Carta Internacional de Datos Abiertos? ¿Qué siguientes pasos están previstos en torno a esta iniciativa mundial?

La Carta Internacional de Datos Abiertos es una declaración universal que pretende estandarizar la definición de los datos abiertos. No tiene carácter vinculante, pero goza de suficiente legitimidad como para generar un cambio a nivel global. Es una herramienta fundamental para establecer el marco de la discusión pública sobre los datos abiertos, y será fundamental para los gobiernos y ciudades que estén aprobando planes dentro del marco de la Alianza por el Gobierno Abierto. Para mí sería ideal que los países de la región se comprometieran a adoptar e implementar la Carta dentro de sus Planes de Acción en la Alianza por el Gobierno Abierto.

La Carta de Datos Abiertos ha sido promovida por un grupo internacional e interdisciplinario que ahora se estructura en cinco grupos de trabajo. Estos grupos de trabajo se esfuerzan por recolectar ejemplos de cómo los datos abiertos se están usando en ciudades y el sector privado; desarrollar herramientas para sectores específicos o temas especialmente importantes como la lucha contra la corrupción; generar marcos teóricos para el análisis del impacto de los datos abiertos y herramientas para facilitar la implementación de la carta.

 

Desde el BID ha organizado diversos hackatones de datos ¿qué obstáculos se ha encontrado a la hora de organizar este tipo de eventos?

Determinar las expectativas es siempre una cuestión clave. Es fundamental que se entienda el hackathon como un hito dentro de un proceso de innovación abierta, y no como un simple evento. En cada hackathon trabajamos durante meses para seleccionar retos, formar alianzas institucionales, abrir bases de datos y capacitar a quienes van a participar en el evento. Si se mide el hackathon por el número de proyectos viables obtenidos, es difícil obtener buenos resultados y, además, se pierden indicadores que son más importantes.

Si se determinan bien las expectativas, los obstáculos pueden reducirse a meros hitos de un proyecto. Si los retos son importantes, no será complicado encontrar aliados. Si los aliados son fuertes, no será complicado abrir datos. Y si se sabe lo que necesitan los participantes, no será complicado capacitarles. Es una cuestión de determinar bien las expectativas.

 

En tu opinión, ¿en qué punto de madurez cree que se encuentra el sector de los datos abiertos y la reutilización de la información del sector público en América Latina y el Caribe?

Los países de América Latina y el Caribe están viviendo un momento muy interesante. Quince países de América Latina y el Caribe están adheridos a la Alianza por el Gobierno Abierto, y once fueron evaluados en último barómetro de datos abiertos (Open Data Barometer). La tendencia es desigual y creo que la conversación está más centrada en el debate sobre el acceso a la información, que es la base para poder hablar de reutilización. Queda mucho por hacer.

Sin embargo, en los foros regionales como la Conferencia Regional de Datos Abiertos, la Iniciativa Latinoamericana de Datos Abiertos o la cumbre regional de la Alianza del Gobierno Abierto vemos cómo la discusión sobre los estándares ocupa cada vez mayor espacio. Para mí, esto es un síntoma de que estamos transitando progresivamente hacia un modelo de reutilización de los datos. Es una buena noticia y desearía ver promulgada alguna ley de reutilización de datos en el futuro.

“La tendencia es desigual y creo que la conversación está más centrada en el debate sobre el acceso a la información, que es la base para poder hablar de reutilización”.

 

¿Cuáles crees que son las principales barreras para la publicación en abierto en América Latina y el Caribe a diferencia de otras regiones del mundo?

La falta de integración regional es la principal barrera. América Latina y el Caribe necesitan institucionalizar el debate regional sobre el acceso y reutilización de la información. Es difícil que se consigan resultados sostenibles si no existen estándares que normalicen y vinculen los procesos de apertura. En ese sentido, creo que debe ampliarse el debate sobre la transparencia para incluir la cuestión de la interoperabilidad técnica. Es importante que la información sea pública pero también que sea reutilizada, y para eso es clave que se publique de forma estandarizada.

La solución, sin embargo, va a requerir un mayor esfuerzo para capacitar a los funcionarios públicos. No es tan solo un problema técnico. De hecho, existen estándares, pero no se aplican debidamente. Es necesario formar a los funcionarios públicos para que entiendan cómo los datos abiertos pueden ayudarles a mejorar las políticas públicas. Cuando un gerente de un departamento de un ministerio entiende el potencial de los datos, es más fácil abordar el tema de la interoperabilidad.

“La falta de integración regional es la principal barrera. América Latina y el Caribe necesita institucionalizar el debate regional sobre el acceso y reutilización de la información.”

 

Como consultor especializado en conocimiento abierto, ¿cuáles crees que son las principales diferencias que existen entre América Latina y España a la hora de enfocar las políticas de datos abiertos?

En la cuestión regulatoria podemos decir que la Unión Europea es un entorno privilegiado que ha facilitado muchos debates. La Directiva 2003/98/CE sobre reutilización de la información en el sector público fue la base de regulaciones posteriores sobre interoperabilidad y el sistema estadístico europeo en el que se apoya EUROSTAT. España adoptó esta Directiva en 2007 y desde entonces ha podido abordar de forma frontal el problema de la interoperabilidad.

En América Latina y el Caribe veo una alta participación de la sociedad civil que me gustaría ver replicadas en Europa. Hay muy buena coordinación entre organizaciones de distintos países, y juntas han tenido un rol importantísimo en el desarrollo legislativo de los datos abiertos. Me parece muy interesante la emergencia de los laboratorios de gobierno donde se está institucionalizando la relación entre gobierno y sociedad civil en el ámbito de la reutilización de los datos para mejorar la política pública.